sábado, 14 de abril de 2012

Hasta las narices de la familia real

Leo hoy en el periódico EL PAÍS

El Rey, operado de una cadera tras caerse en un viaje privado a Botsuana

Mábel Galaz Madrid
Don Juan Carlos, de 74 años, ha sido ingresado en una clínica de Madrid con fractura en tres puntos. El monarca ha sufrido una caída en un campamento de caza.

Entre lo del niñito Felipe Froilán pegándose un tiro con la escopeta, lo de Urdangarín y esto, creo que me reafirmo más que nunca en mi idea de que la familia real española sobra. No es que esté en contra de las monarquías, pero sí lo estoy de los vagos y de quienes no aportan nada. Acabo de regresar de un viaje a Londres y he podido comprobar cómo la familia real inglesa se esfuerza por aportar algo a su país. Podremos decir que son polémicos en ocasiones, pero al menos con el cambio de guardia, las joyas de la corona y esos asuntos, se han preocupado por servir de reclamo turístico. Pero la familia real española se dedica en mi opinión a vivir muy tranquilita, limitándose a no hablar alto para que no les tachen de nada ni les quiten su presupuesto.

Pero lo que más me jode es que no les basta con irse de viajecitos y gastarse los dineros sacados de nuestros impuestos en ver películas o tomarse copichuelas. Encima tienen que invertir su tiempo y nuestro dinero en matar animales a punta de escopeta (está visto que sin mucha habilidad).

Lo dicho, hasta las narices.

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